El rasgo principal del trastorno somatomorfo es la presentación reiterada de síntomas somáticos acompañados de demandas persistentes de exploraciones clínicas, a pesar de que estas son sistemáticamente negativas de forma médica objetiva. El paciente se niega a aceptar reiteradamente una causa psicológica de su trastorno, incluso aunque este aparezca inmediatamente después de un acontecimiento vital estresante. Este trastorno suele acompañarse de evidentes signos ansiosos y depresivos. En el caso de la hipocondría se evidencia una preocupación persistente por la posibilidad de tener una o más enfermedades somáticas graves. Así, el paciente interpreta sensaciones y fenómenos corporales normales como signos evidentes de la enfermedad que cree padecer, si bien el grado de creencia en la presencia de dicha enfermedad puede variar de un día a otro, o incluso de una hora a otra.

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